viernes, 25 de septiembre de 2009

CONO-SER-SE


Adentro y Afuera
El adentro es una red compleja que configura mi ser. Recorrerla me lleva a comprender-me, a conocer-me.
Afuera y Adentro
Vos solamente ves ese instante casi fotográfico de algo que siento y pienso, que expreso con mi cuerpo. Ves interpretación, desahogo, síntoma de un proceso interno.
Adentro y Afuera
Yo enmarañada, primitiva, histórica, caótica, enredada.
Afuera y Adentro
Exteriorización sintética, recorte.



miércoles, 16 de septiembre de 2009

DISTORSION



No soy esa que estas mirando. Es el reflejo de alguien que puedo ser, que deseo ser, que ignoro ser...pero no soy esa que estas mirando. Son los espejos del laberinto que distorsionan las figuras que construyo con mi cuerpo…me desfiguran.

No las mires porque no soy yo. Son imágenes vagas que apenas hablan de mi, ¡no las mires! Son retratos, espejismos sedientos, ofuscamientos de otros que alteran mi yo. Te engañan esos mil rostros fantasmagóricos, ¡no los mires!

No soy imitación ni reflejo de espejo. Yo soy vida, movimiento efímero, bailarina inquieta que se desliza por caminos ambiguos buscando salir de esa ilusión cóncava.

lunes, 14 de septiembre de 2009

LAS CIENCIAS SOCIALES EN EL ESPACIO ESCOLAR

La formación de las ciencias sociales en el modelo de educación moderno se centraba en la imagen del ciudadano, como sujeto que formaba parte de una identidad nacional y de una cultura común. Su enseñanza estaba orientada a transmitir los valores que garantizaran ese sentimiento nacional, en difundir e inculcar los hábitos de comportamiento social e individual y garantizar la apropiación de conocimientos y herramientas de las generaciones pasadas que posibilitaran igualar a los sujetos. El docente fue la figura clave en este proceso y su misión consistía en el disciplinamiento y domesticación de los alumnos.
Pero en el contexto actual, éste es un modelo agotado. Bajo la lógica del Estado-nación la subjetividad dominante fue disciplinaria, pero hoy tenemos que hablar de otro tipo de subjetividad que es massmediática. Y es justamente en este punto donde se produce un desacople, ya que la escuela continúa operando bajo la lógica de educación moderna y sus alumnos son interpelados desde ahí y no desde lo mass mediático. O sea hay un alumno supuesto por el docente y uno real. Este alumno real vive en el mundo de la imagen y de la opinión personal, de los saberes descentrados, ya no son los padres o los docente los únicos portadores y transmisores del saber, sino que lo encuentra en la calle, en Internet, en el club del barrio, etc. Con las nuevas tecnologías que arribaron en nombre del progreso no solo se tecnificó la sociedad sino que se transformaron sus prácticas cotidianas y por lo tanto, el escenario social es otro. La formación en ciencias sociales tiene que ser abordada desde esta realidad que traspasa cotidianamente a los alumnos. La transmisión, la comunicación de los saberes debe pensarse desde las coexistencia tensa entre las viejas y nuevas prácticas y procesos sociales.
La comunicación tiene su implicancia social, en cuanto a que es un espacio de procesos y prácticas de producción simbólica y no solamente ideológica. En el universo comunicacional hay una multiplicidad de modos y formas que tiene la gente para comunicarse: el graffiti, el muralismo, los piquetes, la peregrinación, los recitales, el uso del celular, juntarse en el ciberespacio, en la escuela o en la plaza. Estos diferentes modos son los que van moldeando las identidades sociales con sus heterogéneas formas de sentir, de pensar y de actuar.
Entonces problematizar los procesos educativos en Comunicación hoy, supone pensar los aportes que las ciencias sociales hacen a la formación de “nuevos sujetos en nuevos contextos” y también, su contribución a un futuro, ya no certero pero posible y deseable.
Uno de estos aportes para recorrer este camino sería, poder articular experiencias de formación, que partan de identificar rasgos, procesos, prácticas y problemáticas que atraviesan al los sujetos como sujetos de la historia y que puedan ser problematizadas para ampliar las posibilidades de comprensión y de intervención en el mundo. Esto implicaría construir los procesos de formación a partir del dialogo entre las diversas lecturas que sobre la realidad hacen los diferentes sujetos: estudiantes, docente, saberes del campo de la comunicación como campo académico.
Otro eje sería el de situar a los procesos de formación como resultantes de los saberes que circulan y de los modos en que los sujetos transitan y construyen las experiencias de formación. Y por último sería que los sujetos puedan situarse y visualizarse como productores culturales ya que desde la diversidad cultural de las historias y los territorios, de las experiencias y las memorias es desde donde no solo se resiste sino que se negocia e interactúa.

TESORO


Señas, dibujo, lenguaje, escritura. Comunicar ha sido casi una obsesión para el hombre y generación tras generación ha trabajado en el perfeccionamiento de la misma. Cada uno de los nuevos modos de comunicación que fue habitando en la sociedad significó un reordenamiento en la trama de relaciones develando un nuevo paisaje cultural.
Los conocimientos del mundo, EL SABER, ha sido el tesoro más preciado y más disputado de la humanidad y la eterna pregunta en circulación es: ¿cuál es la mejor forma de transmitir esos conocimientos? Tratar de responderla nos llevó por el camino de las oralidades, las literalidades, hasta desembarcar en la revolución tecnológica que engloba texto, imagen y voz, produciendo un cambio radical en los modos de circulación y producción del conocimiento que hasta ahora pertenecían al espacio escolar.
Un espacio que nace bajo los ideales de la modernidad. Ideales que buscaron configurar un orden y control para disciplinar a la sociedad. La escuela fue la institución central de este proyecto. Por lo tanto el diseño escolar no fue inocente, por el contrario, fue moldeado bajo un modelo político e ideológico de comunicación. El aprendizaje estaba acotado a tiempo y espacio, con demarcaciones de edad, con unificación de vestimenta y con el libro como instrumento primordial para adquirir el saber. Libro-estructura que impone un modelo de aprendizaje: linealidad secuencial, discriminación entre lo oral y escrito, identificando de esta manera a la oralidad con el analfabetismo y por lo tanto a la in-cultura frente a la cultura -con la que se identifica la escolarización.
El desafío que viene a proponerle la revolución tecnológica a la escuela, va más allá de la introducción de nuevas máquinas, porque lo que se está conformando es un nuevo ecosistema comunicativo con nuevos lenguajes, sensibilidades, saberes y escrituras que ya no están centrados en la escuela sino globalizados, des-localizados. El descentramiento, la deslocalización de los saberes choca con la rutina ordenada del modo de enseñanza escolar, agrietando su estructura misma, ya que se desdibuja la frontera de edad para aprender, el espacio, el tiempo, el conocimiento deja de ser el dominio exclusivo de los maestros e intelectuales para convertirse en el medio común a través del cual las sociedades se organizan y cambian.
Este nuevo paisaje comunicativo obliga a los actores de prácticas educativas a reflexionar sobre el binomio comunicación y educación. Nuevos ejes de pensamiento y abordaje se hacen presente: pedagogía de la imagen, pedagogía del aburrido, educación tecnológica, alfabetización audiovisual. La escuela defiende celosamente sus modos de comunicar los saberes, sin comprender que estos ya no encajan con las prácticas cotidianas de los alumnos que viven en el aquí y ahora, en la era de fluidez y del descentramiento del saber. Esta nueva generación está saturada de estímulos que les proponen las nuevas tecnologías –visuales, auditivos, táctiles.
Bajo esta realidad el espacio escolar debe entenderse como un lugar abierto de diálogo, - y no de atrincheramiento- de todos los saberes y las narrativas que configuran las oralidades, las literalidades y las visualidades. Adaptarse a este nuevo ecosistema no significa llenar las aulas de computadoras, es detenerse a observar la heterogeneidad social con sus diferencias económicas, culturales y políticas que hacen a su identidad y desde ese lugar, ir construyendo la propuesta comunicativa-educativa para cada grupo social y en determinada situación. Podemos hablar hoy de construir una propuesta pedagógica situacional ya que el orden totalizador de la modernidad no encuentra una razón de ser en este contexto social fragmentado.

jueves, 10 de septiembre de 2009

CORRIDAS



Me cansé de andar por medio de estos pasajes sin salidas buscándote, y sin consuelo, maldecí a la Parca que despiadada hilaba el desencuentro. Pero justo cuando la oscuridad se volvió densa, me reflejé en tus ojos. La piedad de Clotos!- pensé yo.

Decidida me aventuré al encuentro. Un escalofrío zumbo en mi piel, te hiciste viento, pasaste ráfaga, y te perdí. Frenética y ansiosa, insistí… ¡es que tus ojos!

Fiera esperaste y a duelo me retaste. Pero no hay vencidas en la casa de Asterión, somos carne virgen, delicioso manjar, doncellas tributo de un hambre voraz.

DESPERTARE




Identidad caótica que construyo en el movimiento torpe. El desacierto me define en esta búsqueda de ser yo misma y sin importar el camino que tome, termino enredada en mi propia red. Intento y caigo…intento y me pierdo y vuelvo a intentar y vuelvo a caer.

Agobiada, abatida, agitada...cierro mis ojos y decido escuchar los sonidos de mi cuerpo que ahora mandan. Paciente exploro el espacio que antes, el egoísmo mezquino no me dejaba ver y comienzo a escabullirme por los infinitos recovecos de la red. Me descubro en la danza y allá a lo lejos advierto a otras como yo.

Se adonde voy. Estoy lista para mirarte. Estoy lista para ser mirada.

LABERINTO





Como no sentir la resistencia a entrar en el laberinto, si este cuerpo esta moldeado, educado por El, por ella, por todos esos. Pero un hipnótico canto me arranca de la tierra y me muevo. Y con cada movimiento se resquebraja la corteza y fluyo. Y en ese fluir me descubro. Nace tímido un yo que no sabía que era yo.

No busco la salida, soy el ónfalos del Laberinto; por eso lo vivencio, lo transito. Y en ese transitar te encuentro a vos que no bajas la mirada, y a vos que te escondes, y vos que te escapas. Y esta soledad ya no está sola, y este espacio ya no es sólo mío.

Me mezclo, me confundo con esos cuerpos en un latido incesante. Somos el corazón amorfo del Laberinto. Corrente sanguínea que habita vertiginosa tus calles para darte vida, Laberinto.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

ALGUNAS DE LAS PROBLEMATICAS DE LA ESCUELA HOY





Para poder entender la situación por la que está transitando hoy el sistema educativo, hay que partir explicando cuales eran las bases en las que se sostenía dicho sistema.
Fueron los ideales de la Modernidad los que le dieron sentido y enraizó su modo de existencia. La escuela moderna fue la encargada de corporizar, transmitir, generalizar ideas como el progreso a través de la razón y la ciencia, de un sujeto autónomo, libre y universal, de la ampliación del espacio público por medio de la ciudadanía, de la emancipación y la liberación política y social. La escuela institucionalizada, fue sin discusión alguna el pilar que sostuvo el proyecto de la Modernidad.
Y es por esto, que se ha convertido en el blanco del cuestionamiento, por un lado, posmodernista y pos-estructuralista que ataca la idea, de las narrativas maestras de razón y progreso, de que exista un sujeto esencial, centrado y unitario. Y por otro del neoliberalismo, que desmantela el sentido común de educación pública, corriéndola de este lugar hacia un espacio privado de consumo y de la selección.
La Modernidad hizo una promesa educativa que no pudo llevar a cabo y fue la del acceso universal, de igual tratamiento y de no discriminación. Existía la posibilidad de ser cumplida. Pero la irrupción de la “nueva” derecha y sus ideales mercantilistas necesitaron cambiar las reglas de juego.

Veamos con más detenimiento la crítica posmodernista a las GRANDES NARRATIVAS postuladas por la Modernidad. Estas nacieron del deseo de explicar un mundo que se percibía complejo y de su vida social. La idea era que ordenen, clasifiquen y controlen la organización y la interacción social. Pero en esta voluntad de PODER y CONTROL contribuyeron a oprimir, suprimir y excluir. De esta manera quedaron afuera del dominio epistemológico, para entrar en el juego de la política y el poder. Con esto se destruyó la soberanía y la centralidad del sujeto moderno.
La educación moderna tenía como tarea moldear un sujeto autónomo, independiente, emancipado, con conciencia unitaria, no dividida, ni fragmentada. Al no poder cumplir con estos presupuestos no se puede hablar de un sujeto moderno. Consecuentemente al no haber un sujeto moderno, no hay educación moderna.

Pero lo que no hay que perder de vista, es que este sujeto es una construcción social e histórica contingente. Hay dispositivos discursivos y lingüísticos carentes de inocencia que ayudaron a construirlo. No es un ser natural sino edificado. La evaluación del sujeto moderno como una construcción discursiva demuestra el dislocamiento central efectuado por el posmodernismo y el pos-estructuralismo: del paradigma de la conciencia al paradigma del lenguaje.
Es aquí que el concepto de discurso de Foucault nos sirve para aclarar el protagonismo del LENGUAJE. Foucault entiende al lenguaje como un elemento de construcción de la realidad y cómplice del poder. Con esto la noción de verdad, entendida como algo natural y preexistente, también queda bajo la lupa.
El autor en su lugar propone hablar de “efectos de verdad” realizados por el lenguaje y por el discurso. O sea que el sujeto y la subjetividad (modo de ser social) son efectos de operaciones discursivas. Sujeto y subjetividad son construidos desde los discursos del poder. No existe una desvinculación de este “sujeto autónomo” con el poder. El poder fabrica los sujetos que necesita. Y para ello se vale del saber, porque para poder gobernar es preciso conocer. Y es acá donde las ciencias humanas dicen presente quedando como cómplices del poder. No es una locura entonces pensar que, en este juego de poder y saber el proyecto educacional moderno es una pieza clave por ser el que encarna en forma más representativa las narrativas universales. El saber estaría cumpliendo una doble función conocer y construir a favor de.

Otra crítica pos-moderna y pos-estructuralista es la del CARÁCTER DISCIPLINAR de la organización moderna del saber y del conocimiento. Foucault señala que la disciplinarización de saber (en el sentido epistemológico, de organización y división del trabajo) esta emparentada con la disciplinarización de la sociedad (en el sentido político, de gobierno y control). Saber y poder entonces, están entrelazados. La educación institucionalizada es disciplinaria por excelencia. Y como es considerada la abanderada de las instituciones modernas es la más agredida desde todos los frentes.

El proyecto neoliberal no parece tener intenciones de rescatar a la educación pública. Ya que propone reformar lo social y lo político de acuerdo a los intereses de los grandes capitales, que sólo están interesados por la acumulación de capital y la taza de lucro en un escenario de extrema competitividad y de crisis de productividad.
Ante este panorama la solución más rápida pareció ser el RECORTE DE LOS GASTOS SOCIALES. Desregulación, privatización, desestatización son palabras que emergieron en este contexto.
La educación es sin duda la víctima mas afectada, porque parece que su expansión constante ha sido la fuente de la crisis fiscal del Estado. Y además como es considerada la productora de identidades es a la primera que se la afecta ante un cambio de proyecto político y social.
Este cambio resulta ser un pasaje de educación pública a educación privada ya no controlada por el Estado sino por la gerencia de las empresas privadas y orientadas directamente a las necesidades y exigencia de mano de obra de estas empresas capitalistas. Lo que el neoliberalismo hace es despolitizar el proyecto educativo moderno. También lo ataca desde la negatividad, o sea lo describe como un proyecto catastrófico.
El neoliberalismo implica una NUEVA RACIONALIDAD, entendida como un complejo de justificaciones que sustentan una determinada actividad social. Y esto se logra con la utilización eficaz de dispositivos lingüísticos. Se instaura un sistema lingüístico que gira en torno de palabras, conceptos y expresiones que dan sentido a esta nueva racionalidad. El neoliberalismo necesita producir nuevos sujetos y nuevas identidades.
Hace desaparecer al sujeto humanista de la educación moderna para convertirlo en un consumidor competitivo. La educación deja así de ser un derecho y se transforma en un bien de consumo. El objetivo educacional queda fuera de foco en este contexto en el que se premia la eficiencia y la productividad. El proyecto educacional moderno es colonizado por el imperialismo de la gerencia. En el que se premia al Expert y no al Intelectual.
En el proyecto educacional moderno la escuela era considerada como un espacio separado de la producción. El vínculo con la economía y la producción existían pero indirectamente. En cambio, con el neoliberalismo la educación está supeditada a las necesidades del capital de manera visible y explícita. La currícula educacional debe ser moldeada de acuerdo a la necesidad de mano de obra.

Ante este panorama La pregunta sería qué hacer con el proyecto educativo que no ha dejado de estar atravesado y afectado por relaciones de poder. La perspectiva estructuralista formula que son inevitables estas relaciones de poder y su dependencia de las prácticas discursivas, porque NO existe esa situación de no poder, ni tampoco su superación dialéctica. Los arreglos de poder entonces, deben ser combatidos por lo que son, arreglos de poder. Al neoliberalismo se le deben juzgar los efectos discursivos y los efectos de poder. Establecen nuevas y renovadas jerarquías, instituyen nuevas y renovadas autoridades, amplían viejas exclusiones y crean nuevas, extienden y amplían privilegios de algunos grupos y suprimen los derechos de otros.
A modo de conclusión los proyectos educacionales pueden ser continuamente dislocados, contestados por sus efectos de poder. Esta puede ser la tarea de una teoría crítica de la educación, la contestación y el cuestionamiento constante.


Uno de estos cuestionamientos puede estar enmarcado dentro del problema de TRANSMISIÓN. La noción de transmisión por un lado apunta a la relación entre adulto y niños/jóvenes, a la idea moderna de que son los adultos los encargados de transmitir cultura a los niños/jóvenes. Y surge como un problema en un momento en que entre las generaciones hay incertidumbre sobre los vínculos, los valores, los saberes a transmitir.
También tiene que ver con los problemas de las formas de filiación generacional. Esto quiere decir que tiene que haber un reconocimiento de la posición de los sujetos en el orden de las generaciones y de los contenidos de la transmisión. Es la idea que del pasado se transmite.
Esta filiación se encuentra amenazada hoy en día por:
• la descalificación del sistema educativo heredado de la dictadura militar.
• La reforma estructural en la década del 90.
• Deterioro del espacio público de la educación. (material y simbólico)

A partir de esto es que algunos hablan de INVERSIÓN DE LUGARES, una idea que rompe la filiación. Hay una nueva generación globalizada, mediatizada e informatizada que cuestiona tradiciones, fundamentos de autoridad y universos culturales. Cambia la idea de autoridad que intervenía en la construcción de la distancia generacional.

Volviendo al concepto de transmisión y para tratar de entenderlo podemos recurrir a René Kaes que dice que, una transmisión es siempre un proceso que se realiza en la duración, supone una inscripción temporal, un transporte en el tiempo. Y la educación fue el soporte privilegiado para la transmisión de cultura, para la construcción de una memoria, sobre todo la nacional.
Para aclarar que sucede hoy en día contrapone a la idea de transmisión con la de comunicación, que implicaría un transporte en el espacio y no en el tiempo. Hobsbawm señala que la tensión entre tiempo real y virtual, la aceleración de los cambios tecnológicos, la mediatización de la vida social y la inmediatez del presente en el consumo pone en cuestión la relación de la escuela con los horizontes más amplios de la sociedad en su conjunto.
La tarea de las instituciones escolares sería construir un relato que de cuenta de la continuidad en el tiempo, pero también de la discontinuidad de este. Ese que hace de los alumnos distintos de los adultos y lo dificultoso que es para el adulto vivir en este presente. La transmisión hay que pensarla desde las viejas y nuevas experiencias del tiempo, entre la escuela y el cibercafé, entre el sistema de educación pública y la calle como espacio público, entre las experiencias formativas incidentales y el consumo televisivo en la vida privada. O sea, reconocer las formas de socialización contemporáneas a las de socialización escolar. Sin perder de vista los interrogantes y problematización de uno y otro. Qué recuperar del pasado y como tramarlo en la red social del presente, por ejemplo ó cómo construir un espacio educativo que sea escenario para modular una experiencia común de distintas generaciones.
En Argentina la educación es un espacio de emergencia de conflictos que encuadra a distintos tiempos históricos de la educación y a la relación entre la educación y el desarrollo económico. Además de la transformación estructural que sufrió. Esto tuvo efectos que redundan en realidades educativas cada vez más segmentadas y desiguales, que también afectó la conformación de las identidades de profesores y alumnos que ya no pueden entenderse desde el modelo homogéneo.
Estas desigualdades hacen difícil pensar el papel de la educación como la productora de una identidad cultural común. Una pregunta que no hay que dejar de hacerse es ¿cómo encarar desde una política universal procesos educativos con metas comunes?
Se suman las problemáticas, realidades segmentadas, corte de la filiación generacional, un proyecto neoliberal que aparto a la educación de la pedagogía y la arrimó a los interese de empresarios capitalistas, proyectos de distintos momentos históricos y sujetos de distintos momentos históricos, pre y postdictatoriales.
Pero hay que partir pensando que siempre hay un corte. Las generaciones se constituyen con identidades propias, en donde la discontinuidad hace historia. En el hecho, en el lenguaje los jóvenes marcan las fronteras de su tiempo histórico y muestran la caducidad del otro y de la manera de transmitir. Pero el espacio intergeneracional debe pensarse hoy como un trabajo de reconocimiento de esas diferencias y de sus problemas.
Cada cultura es ante todo una experiencia de tiempo y no es posible una nueva cultura sin una modificación de esa experiencia. Experiencia que deberá ser transmitida por cada generación ya que no es heredada. Esta generación producirá una escritura propia, un proyecto, una tarea que será una reescritura pero también una creación singular.
Ello invita a una renuncia a la omnipotencia del educador, de la generación adulta, a la creencia de que la transmisión predetermina, construye destino. En todo caso el éxito de la transmisión educativa consiste en crear condiciones para que los jóvenes se animen a encarar esa labor, con voz propia.


Mapeo de autores

TADEU DA SILVA, Tomaz (1995): “el proyecto educacional moderno ¿identidad terminal? Revista propuesta educativa Nº 13. Buenos Aires Ed. Miño y Dávila.
CARLI, SANDRA (2006): “Los dilemas de la transmisión en el marco de la alteración de las diferencias intergeneracionales”. Clase preparada para el diploma superior en Gestión Educativa (virtual) de FLACSO.

LOS UNOS Y LOS OTROS

 Recorriendo uno de los diarios nacionales encuentro una nota sobre las bandas de skinhead, y no puedo dejar de pensar en una investigación que realizó hace poco el mismo medio, sobre el fenómeno de los Maras en la argentina. Nombre con el que se conoce a las pandillas juveniles en Centroamérica y México, originadas por el retorno de enormes cantidades de emigrantes deportados por delincuencia desde México y EEUU.
Estos grupos pandilleros en nuestro país, toman la cárcel como su casa, oficina o escuela donde se profesionalizan. Obtiene sus ingresos, entre robos, “impuestos a micros” y protección de negocios. Albergan niños y jóvenes que no tienen hogar estable y les enseñan a sobrevivir en las calles, a cambio de ser un miembro más.
Pero para poder entender el crecimiento en números de estos minigrupo, hay que partir de una explicación filosófica que apunta, que el ser humano es una sustancia que no tiene su existencia por si mismo. Esto es, que el sujeto se constituye a partir de un otro.

La figura del Otro, explica Lacan, nos sitúa en el mundo, nos permite la función simbólica en la medida que da al sujeto un punto de anclaje. Marca el modo de relación con él y con los semejantes, y da cuenta de un origen. A lo largo de la historia ese Otro ha sido Dios en el monoteísmo, el Rey en la monarquía, el Pueblo en la república, la Nación con la llegada de la soberanía. Cada sistema social crea sus propios criterios de existencia.

Voy a detenerme en el Estado-Nación que diseño la Modernidad. Este Estado funcionaba gracias a las instituciones que fueron las encargadas, bajo el paradigma disciplinar, de corporizar, transmitir y generalizar ideas como el progreso a través de la razón y la ciencia, de un sujeto autónomo, libre y universal, de la ampliación del espacio público por medio de la ciudadanía, de la emancipación y la liberación política y social. Las Instituciones tenían una relación fraternal entre si. Operaban sobre las marcas previamente forjadas, por ejemplo: la escuela operaba sobre marcaciones familiares. Y la eficacia se daba gracias a la permanencia, a la continuidad de esta operatoria que generaba regularidad simbólica.


Pero con el advenimiento del neoliberalismo las reglas de juego cambiaron. Con una nueva lógica de mercado como regulador de las relaciones sociales devino el agotamiento de los Estado-Nación. Este Padre (como lo entiende Freud) que regulaba, articulaba, daba sentido ya no está más. Y el mercado no funciona como un equivalente. No apuesta a una identificación de conjunto de sociedad. Es el destructor de las estructuras colectivas y hace del individuo solo y libre, un culto.

El filósofo Dany-Robert Dufour expresa que ante este nuevo orden es inevitable la aparición de síntomas sociales como:


  • fallas psíquicas (los mas populares, ataques de pánico y ansiedad)

  • explotación a gran escala

  • eclosión de un malestar en la cultura

  • multiplicación de actos de violencias


Son las nuevas formas de alineación y desigualdad. Y pareciese que nuestros gobernantes no tiene la menor intención de cambiar esta situación, ya que amplifican la brecha de desigualdad social construyendo un muro entre dos barrios bonaerense, “El Muro de la Vergüenza”. Destruyendo en este acto la dignidad de los sectores excluidos de la sociedad. La dignidad de los nadie, los ninguno, los ninguneados, los dueño de nada (Galeano). Acto anárquico del intendente Posse, porque no fue consensuado en el Consejo Deliberante ni dialogado con el intendente de San Fernando. ¿Será esto por el muro de la incomunicación que los grandes medios de comunicación construyen cada día?

Este individuo más abandonado que solo no encuentra un punto de anclaje. Las generaciones adultas no pueden ofrecer propuestas a los más jóvenes ya que están transitando en un mundo donde las personas se cotizan en la Bolsa. En esta era de la fluidez, como la llamó Lewkowicz, de la inestabilidad, del sálvese quien pueda, ya no se trata de vivir sino de sobrevivir. Ya no se trata de ser alguien sino de estar inserto en la cadena productiva.

Ante este nuevo escenario en donde todo se juega en el aquí y ahora emergen algunas tendencias que tratan de subsanar la ausencia del Otro. Funcionan a modo de curitas del cuerpo social. Estos son los minigrupo. Es que el sujeto no puede hacer frente solo a la autonomía.

Estos grupos rearticulan los modos de cohesión y reidentificación tanto para jóvenes como para adultos. Ser parte de un proyecto, pertenecer, tener una historia, estar integrado y no desintegrado. Para conformar la identidad del grupo se apela a la delimitación de un exterior y un interior que llevará a definirlos. En este trazado de límites, que muros históricos nos demuestran que también pueden ser geográficos, nace la lógica del grupo. “En el país surge una amenaza: rojos, inmigrantes y terrorismo separata…”dice una canción de un grupo skinhead. Transformándose el texto grupal en un poderoso generador de sentido. Algunos vecinos de la Horqueta, (uno de los barrios más ricos de San Isidro) dijeron que el muro es feo, es una medida extrema, pero que nos le quedó otra. En una cultura que vive cada vez más de narrativas y representaciones visualizadas en un espacio publicitario y tecnológico, la visualización de las diferencias es negativa.

La ausencia de un proyecto de sociedad, fortalece al grupo. Hay integración grupal pero desintegración social. Observamos que los grupos funcionan como islas, construyen sus ilusiones, mitos y utopías, se atrincheran en barrios protegidos o no, se esconden en clubes subterráneos, deambulan llorosos entre lápidas, transitan adormecidos en bolsas tóxicas. El capitalismo, el neoliberalismo, el mercado, la Bestia, como más guste llamarlo, nos quito el ancla y nos sentenció al naufragio social. Habría que reflexionar sobre que podemos rescatar de ese naufragio.